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Monedas en los ojos.

9 de noviembre de 2012

Índice.

1. La visión del padre Filas.
2. La «costumbre judía» de poner monedas en los ojos.
3. El padre Carreira y los leptones. Científicos y adivinos.

1. La visión del padre Filas.

 Otra vía para echar abajo la datación de radiocarbono del lienzo de Turín consiste en encontrar en el lienzo  la imagen de objetos que remitirían necesariamente al siglo I. Naturalmente, no se trata de representaciones claramente perfiladas, sino de sombras, líneas o colores que se deben descubrir por medio de un esfuerzo visual y mediante técnicas de resalte más o menos científicas. Flores, monedas, puntas de lanza, palabras… se puede decir que cuando uno desea ardientemente ver algo, lo ve. He elegido para comentar la “visión” de los leptones, que fue lanzada por el jesuita Francis J. Filas, respaldado por el numismático Mario Moroni, a finales de los años 70 y todavía tiene continuidad en la actualidad, especialmente en los trabajos del matrimonio Whanger. Conviene advertir que sus teorías son defendidas por un número escaso de sindonistas, aunque profusamente aireadas en páginas menos académicas, como en el caso de Catholic Counter-Reformation (cfr. la serie que le he dedicado al hermano Bruno). Otros sindonistas, como Barry Schwortz, han descartado este tipo de argumentación:

Lo que el Padre Filas vio como inscripción, yo lo veo como efectos de azar y de ruido… Me dijo a mí (sic en el original) que no había conseguido ni siquiera iguales resultados con las fotos de 1978. Desgraciadamente, las fotos de 1933 habían sido copiadas y recopiadas… se produjo un crecimiento de los granos respecto a la primera generación de fotos, cosa muy común. (Cit. por Calvo, 2010).

 Lo que había visto el padre Filas era la imagen de un leptón sobre el ojo derecho del hombre del sudario. Tratando de explicar la apariencia anormalmente abultada de los párpados, vino a dar con una explicación conveniente: se trataba de una moneda colocada para cerrar los ojos del muerto. Primero creyó ver una en el izquierdo y luego apareció otra en el derecho. Concretamente leptones. El leptón es una moneda del reinado de Tiberio y fue acuñada también por Poncio Pilatos durante su prefectura en Judea. Dado que la posibilidad de que alguien en la Edad Media poseyera algún ejemplare de este tipo es muy escasa, la imagen, y por lo tanto el lienzo, habría que datarlos en torno al año 29, fecha evidentemente significativa.

Leptón de Pilatos

La única prueba que el padre Filas podía argüir a su favor era una apreciación visual. Mediante la manipulación de la fotografía tomada por Enrie en 1931, Filas lograba distinguir algunas letras. En concreto la serie “UCAI”, que él pensaba que era parte de la secuencia original, “TIBERIOY KAICAPOC”, es decir, “De Tiberio César”, propia de los leptones.

Lo que vió el padre Filas.

Se le objetó que en su supuesta inscripción había una falta de ortografía, puesto que él leía el principio de la palabra “KAICAPOC” con “C”, pero el padre Filas respondió a esta objeción encontrando en su propia casa una moneda con este fallo de ortografía. A la objeción de que la grafía correcta para la ypsilon no era una “U”, sino “Y”,  replicó que esa forma anómala era debida al desgaste de la pieza. Otros errores epigráficos, como que, de aceptar la versión de Filas, no había separación entre las dos palabras no los he visto respondidos. Probablemente no había respuesta.

Posteriormente, esta prueba visual ha querido complementarse con otras más sofisticadas, pero que residen también en “lo que se ve”. El Dr.Whanger habla de los puntos de comparación que surgen en determinadas imágenes trabajadas para eliminar “impurezas”… y resaltar coincidencias. La única diferencia entre uno y otro trabajo reside en las técnicas de “depuración” de la imagen, más sofisticadas -o al menos con denominaciones más impresionantes-, en el caso de Whanger. No es lo mismo decir que se ha rebajado el contraste o el brillo de la foto para eliminar ruidos, cosa que cualquiera puede hacer en un photoshop,  que decir que se ha utilizado la “Polarized Image Overlay Technique”, aunque semejante tecnicismo, que en castellano suena menos fuerte («Técnica de Solapar Imágenes Polarizadas», o algo así), simplemente designa el método de Whanger para aplicar determinados filtros (nunca está muy claro cuáles) a una foto y sobreponerla a otra hasta encontrar parecidos, lo que no es realmente demasiado diferente de lo que hacía el padre Filas. Téngase en cuenta, además, que el estado de las monedas sobre las que trabajan los sindonistas, las que tienen un presumible error ortográfico y otras, no es especialmente bueno. Las formas no se distinguen claramente. Esto da lugar a que la identificación de los leptones en los dos ojos, especialmente en el derecho, haya sido cuestionada por otros sindonistas (Fossati 2001, Orenga y Barta, 2006). O que cuando algún sindonista respalda las visiones de Filas y Whanger pueda ocurrir, como en el caso de Jean-Philippe Fontanille, que también ve los dos leptones, pero colocados de manera diferente (Oommen, 2008:5); lo que hace difícil explicar cómo una teoría que no encaja con otra la apoya. Obviamente, estos “pequeños detalles” no son importantes para el sindonismo.

Lo que hacen los sindonistas no es más que una variación del viejo pasatiempo de encontrar una imagen uniendo algunos puntos de una masa aparentemente indiferenciada. Cuando éramos niños nos encantaba eso de ver un montón de puntos y, mediante un lapicero y sacando la punta de la lengua, conseguir que apareciera la cara de Pluto o el Pato Donald. Pero mientras en el pasatiempo la imagen está predeterminada por el autor, en los juegos de veo veo con las fotos es la imagen predeterminada por el sindonista la que determina el hallazgo. Lo que ocurre es que cuando se deja de manipular una imagen confusa y se ve sin prejuicios una fotografía con mayor resolución, es decir, más nítida, la ilusión se desvanece. Véase lo que ocurre cuando se enfoca con mayor precisión las supuestas letras “CAI”, que constituyen el punto fuerte de la pareidolia[1]  de Filas. A la izquiera la imagen borrosa de Filas, a la derecha la imagen nítida.

La visión en foto borrosa y su desaparición en alta resolución.

Efectivamente. “CAI” ha desaparecido y lo que se ve son simplemente juegos de luces en la trama del tejido. Eso es todo.

2. La «costumbre judía» de poner monedas en los ojos.

 Ante una objeción de peso que cuestiona la validez de los estudios en su conjunto, la discusión con los sindonistas casi siempre acaba derivando hacia problemas laterales. En parte la responsabilidad recae sobre los críticos que, queriendo reforzar sus conclusiones, acuden a argumentos secundarios de menos peso a los que se agarran los sindonistas para no tener que hacer frente a la objeción principal. No es incomprensible que, en el fragor del combate, uno se deje llevar por el primer tábano que le ataca por la espalda, dejando de lado el cadáver del enemigo. Nadie está al abrigo de estas tentaciones.

Analizaré estos argumentos secundarios, porque tienen su interés para entender la lógica del sindonismo. Recordemos, sin embargo, que han sido mantenidos por profesores universitarios y expertos que tienen capacidad para dar una apariencia científica a sus argumentaciones. No se trata de fideístas empedernidos que salten al cuello del primer detractor sin más arma que su creencia inquebrantable. En esto reside el atractivo de estas disputaciones que, en el fondo, son meras racionalizaciones del dogma de la autenticidad del lienzo.

Abandonando, pues, la discusión principal acerca de la validez de percepciones subjetivas sobre imágenes que no son nítidas, el tema se ha centrado en la pretensión del padre Filas y seguidores de que los judíos tenían la costumbre de poner monedas en los ojos de los difuntos “para cerrarles los ojos”. Como Lombatti  señaló (1997), los expertos en el tema negaban que tal costumbre existiera. En realidad, de los dos expertos citados por Filas para justificar su aserto uno se refería a costumbres del siglo XIX y la otra se limitaba a constatar que en una tumba se había encontrado dos monedas en el interior de un cráneo. Esta última precisó más tarde que del hecho de encontrar monedas en un cráneo no se infiere que pudieran estar en los ojos. Podrían haber sido colocadas sobre la boca o, simplemente, haberse mezclado posteriormente, dado que los huesos que se habían encontrado estaban removidos y amontonados de cualquier forma. (Rachel Hachlili, cit. por Lombatti 1997).

La idea de que una moneda romana hubiera sido utilizada para enterrar a un judío manifiestamente religioso como Jesús, es contraria al sentido común. En algunas familias judías fuertemente helenizadas pudo utilizarse monedas de alguna forma, aunque la evidencia arqueológica no dé apoyo a la colocación en los ojos ni en ningún otro lugar, pero que quien fue crucificado por los romanos fuera enterrado en contacto con monedas imperiales resulta una idea difícil de admitir. Para el mundo judío, una moneda romana no podía utilizarse para ninguna finalidad religiosa (véase la función de los cambistas del templo al respecto). Baste señalar, por otra parte, que cuando se habla en este debate de los “leptones” se incurre en abundantes imprecisiones, puesto que los leptones fueron acuñados por los romanos, pero también por los reyes judíos como Herodes Agripa I y Herodes el Grande. Estas monedas eran sustancialmente diferentes de las romanas. Así, cuando se habla de un leptón encontrado en una tumba no sabemos si se trata de una moneda romana o judía, lo que para un hebreo de la época no era diferencia baladí.

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Leptón de Herodes Agripa

Finalmente, la teoría de la moneda en los ojos es incompatible con la tesis mayoritaria en el mundo de sindonista acerca de cualquier tipo de emanación o radiación como causa de la imagen. Las monedas no emiten gases cadavéricos o similares. Y las radiaciones energéticas suficientemente intensas como para imprimir la moneda hubieran dejado rastros a su alrededor que, por el momento, nadie ha visto (Eslava, 1997:69).

En realidad, una vez más, no hacía falta que los expertos negaran nada porque la pretensión de que se ponían los leptones para cerrar los ojos es directamente disparatada. Un leptón era una moneda de peso y tamaño similar a la de un céntimo de euro, 16mm y un par de gramos (Rinaldi, 2008). Cuesta imaginar como a Filas y, más tarde, Whanger (1997) se les ocurrió que tan diminuto objeto podía servir como peso para cerrar nada. Parece como si no hubieran tenido nunca un leptón en las manos o que su pensamiento se hubiera disociado de tal manera que no pudieran relacionar dos ideas contradictorias.

Con estos argumentos, la discusión sobre si se encontraron monedas en las tumbas judías del periodo del Segundo Templo o no, si las que se encontraron estaban en el cráneo por casualidad o habían sido puestas allí deliberadamente, etc., es de indudable interés arqueológico, pero de escasa utilidad para la discusión en torno a las visiones del padre Filas. No digo que esta deriva haya sido intencionadamente programada por los sindonistas para alejar la cuestión de dificultades de principio insalvables, pero de hecho funciona así. Desde el momento en que la percepción de objetos en el lienzo es subjetiva y se desvanece ante imágenes con más resolución y que los leptones no podían servir para lo que se pretende, dar más vueltas al asunto de si existen calaveras con leptones o no es marear la perdiz, como vulgarmente se dice.

3. El padre Carreira y los leptones. Científicos y adivinos.

(Sólo para rumiantes).

El padre Manuel Carreira S.J. goza de mucho prestigio en medios sindonistas españoles, debido a su curriculum científico y a sus libros sobre teología y ciencia. Se nota que sus intervenciones en los congresos sindónicos suelen elevar el tono hasta niveles filosóficos de calado. Lo que no le impide decir alguna que otra inconsecuencia. Por ejemplo, esta:

 ¿Es posible decir que toda esta serie de datos se explican por casualidad e imaginación?  Yo estoy acostumbrado a tomar en serio predicciones científicas que luego se comprueban en una observación real, aunque al principio parezcan inadmisibles (por ejemplo, que el espacio se arruga por la presencia de masa, según Einstein). Las predicciones de Filas se cumplieron contra toda previsión de los expertos. NADIE podía pensar que se diesen esas coincidencias. (Escrito enviado al blog La Sábana Santa de Turín, Redentoristas.org. Desconozco si los realces de las letras son del propio Carreira o del editor del blog).

La argumentación del padre Carreira es sorprendente en un científico al que se le supone conocimientos de epistemología, porque hay algo elemental que se le escapa. Hay dos maneras de predecir el futuro. Una consiste en adivinar algo. No hablo de las artes adivinatorias con el hígado de una víctima, el vuelo de los pájaros, etc. Me refiero a la que una persona cualquiera puede hacer y que Ud. y yo habremos hecho más de una vez. Basándose en intuiciones más o menos confusas (que dependen de nuestra experiencia anterior), nosotros apostamos, por decirlo así, que Leandro llegará tarde (porque es un despistado, porque es hora punta y los autobuses van más despacio…). Nuestra predicción no se basa en algo concreto ni, sobre todo, en un método que pueda extenderse para hacer predicciones rigurosas. Si Leandro llega tarde podremos decir que lo he adivinado, pero que nadie me pida hacer nuevas adivinaciones con mi “método”, porque lo más normal es que fallen de acuerdo con las leyes del azar. El método científico es bastante diferente. Implica el conocimiento de leyes precisas y circunstancias determinadas que, combinadas, permiten una deducción acerca del futuro con un alto grado de probabilidad. El científico no adivina, predice.

El padre Filas no predijo nada. Basándose en datos inciertos, como la posibilidad de errores ortográficos en las monedas romanas (que no es tan extraña como el padre Carreira da a entender con su “NADIE”), especialmente en las de baja calidad, adivinó que podía haber alguna moneda con un error similar al que él pretendía. Su pronóstico no fue todo lo exacto que podría esperarse de una predicción científica. Se discute todavía las letras que él dice ver en su moneda, no ha sido capaz de explicar otros errores en la inscripción, otros expertos no se ponen de acuerdo con él en la colocación de la figura, etc. Pero, sobre todo, el padre Filas no explicó nunca su método de predicción, si hubo tal cosa. Si acertó no fue porque tuviera un método. Lo mismo pudo ser debido a una fantástica capacidad de intuición que al puro azar. Si fue lo primero, esa intuición parece que no le sirvió cuando hizo otras afirmaciones sobre costumbres judías y demás, que han sido refutadas más tarde.

Por lo tanto, lo máximo que se puede decir de la visión del padre Filas es que ha desmentido la afirmación de algún experto -¿Lombatti?-, de que los leptones no podían tener faltas de ortografía y que una “C” en lugar de una “K” era posible. Pero esto nos dice bien poco sobre la autenticidad del lienzo de Turín y sobre los métodos de investigación del padre Filas.

Bibliografía:

Calvo, José Luis: “Inauguramos una nueva sección (VI)”, Escritos desde el páramo, Publicado: 17/11/2010 17:57; http://fenix.blogia.com/temas/sabana-santa.php . Consultado 01/11/2012 8:30.

Carreira, Manuel, S.J.: “Síndone y Sudario: la actitud de un científico”, I Congreso Internacional del Sudario de Oviedo (1994).

Eslava Galán, Juan: El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo, Barcelona, Planeta, 1997.

Filas, Francis L., S.J.: “New information on genesis of coin imprints on right eye of Man of Shroud of Turin”, Bulletin of Loyola University of Chicago, 6 de agosto de 1981, http://www.holyshroudguild.org/media/ffilas81.pdf .

Filas, Francis L. S.J?.: “«Missing Link» Coin of  Pontius Pilate Proves Authenticity, Place of Origin, and Aproximate Dating of the Shroud of Turin”, Loyola University of Chicago, 1 de septiembre de 1881. http://www.holyshroudguild.org/media/ffilas.pdf.

Fossati, Luigi: “Cristo composto nel sepolcro aveva monetine sugli occhi?”, Collegamento pro sindone, 2001, http://www.shroud.it/FOSSATI7.PDF .

Lombatti, Antonio y Whanger, Alan: “Doubts Concerning the Coins Over the Eyes”, British Society for the Turin Shroud, Newsletter #45.Junio/Julio 1997. Y debate, http://www.shroud.com/lombatti.htm

Oommen, T. V. : “Shroud Coins Dating by Image Extraction”, Ohio Shroud Conference, 2008.

Orenga Ortega, José Manuel; Barta Gil, César: “La hipótesis de las monedas sobre los ojos de la Síndone”, Linteum 41, Jul-dic 2006.

Rinaldi, Gian Marco: “La farsa delle monetine sugli occhi”, Scienza & Paranormale, N. 81, Sept/Oct 2008.  http://www.cicap.org/new/articolo.php?id=273767 .

Whanger, Alan & Whanger, Mary: “Revisiting the Eye Images:What are They?”, Ohio Shroud Conference, August 2008, http://www.ohioshroudconference.com/papers/p31.pdf


Nota.[1] La pareidolia es la ilusión que consiste en “ver” objetos en manchas, rayas, nubes y otros fenómenos. Se basa en vagos parecidos que favorecen la estructuración subjetiva de la realidad.

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