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La «sindonología» y sus fuentes.

22 de octubre de 2018

 

Si usted está preparando un trabajo sobre cualquier materia científica, una de las cosas que le van a exigir es que tenga un cierto dominio de las fuentes y sepa manejarlas adecuadamente. Si el trabajo es sobre mecánica cuántica y en lugar de citar a Bohr, Heisenberg, Einstein, etc., usted cita a médicos y ciclistas, le van a pegar un buen varapalo allá a donde vaya.

Clío. Pompeya.

Esta sencilla regla, que es de las primeras que te enseñan cuando estás preparando un trabajo académico —salvo en la URJC—, parece que no se impartía en las universidades a las que acudieron los sindonistas. Digo esto porque me encontré un artículo del muy afamado Gary R. Habermas llamado “Historical Epistemology, Jesus’ Resurrection, and the Shroud of Turin” (1999, sin datos editoriales) que me pareció que prometía por el título. Si de física nuclear, química o medicina conozco bien poco y no paso de lo que pueda basar en el mero sentido común, del método de la historia sé un poco más. Además la metodología me interesa especialmente así que, pensé, aunque no saque gran cosa, siempre será interesante. No lo fue.

Dentro del campo sindonista, Habermas pasa por ser un experto en el tema del Jesús de la Historia. Al menos tiene unas cuantas publicaciones sobre el asunto. Yo esperaba un comentario de alguna, al menos alguna, de las tendencias historiográficas más importantes del momento y su relación con el tema de la Sábana Santa. Pues la cosa no iba por ahí. Habermas cita aproximadamente media docena de “expertos” en historia. Alguno de ellos me ha costado Zeus y ayuda encontrarlo. Son profesores de universidades norteamericanas de segunda o tercera fila y telólogos. Ni siquiera son nombres destacados en los estudios sobre el Jesús de la historia, salvo uno. Por ningún lado aparecen las escuelas historiográficas europeas que han marcado el siglo XX, la escuela de los Anales, la historia de las mentalidades, el materialismo histórico, los posmodernos o el positivismo. De los historiadores-exégetas sólo James D. G. Dunn es una figura relevante, y Habermas pretende colarlo como “historiador crítico”, cuando se trata de un pastor metodista. El resto son todos autores del círculo sindonista que nunca han salido de su patio.

Con estos mimbres, no es de extrañar que Habermas concluya sobre lo que “los expertos” piensan con un notable desparpajo. Como pretende pasar la fecha del año 38 como la “más aceptada” para 1 Corintios o que hasta “los escépticos” (?!) admiten que la tumba de Jesús estaba vacía.

De metodología histórica no piensen que se van a enterar algo con este artículo. Una breve mención a los “criterios de autenticidad” que, al parecer, hay que considerar como el summum del método científico, y a otra cosa.

Una total pérdida de tiempo.

 

Lista de autores citados por Habermas:

Metodología.

Richard Swinburne (1934): Prof. De Filosofía de la Religión, apologista

Earle Cairns (1943): Weathon College, ministro presbiteriano

David Hackett Fischer (1935): Brandeis University

Paul Maier (1930) : Western Michigan University, pastor luterano y novelista

Christopher Blake: sin referencias biográficas: autor de un libro sobre el tema

Sobre el Jesús histórico.

Hans von Campenhausen (1903-1989): teólogo, simpatizante del nazismo, para peor.

Ulrich Wilckens (1928): obispo luterano

John Drane: teólogo luterano

James D. G. Dunn (1939): pastor metodista

Reginald Fuller (1915-2007): pastor anglicano

Sudario de Turín.

Phillip Mc Nair: historiador del arte, sin referencias

Robert K. Wilcox: sin referencias

Robert Van Zandt Bucklin: “patologista de fama internacional”, sin referencias

Otros “notables estudios” citados en la bibliografía.

Daniel P. Fuller (1943): teólogo

William Lane Craig (1949): teólogo

Grant R. Osborne (1942): teólogo.

NOTA FINAL: se pregunta uno qué “escépticos” habrá consultado este hombre.

6 comentarios
  1. Alfonso permalink

    William Lane Craig señaló hace 9 años en un debate con el obispo modernista Spong que una encuesta de eruditos del NT de las últimas décadas indica que tres cuartas partes de los académicos que escriben sobre el tema aceptan la historicidad de la tumba vacía de Jesús, y casi universalmente aceptan sus apariciones post mortem como históricamente demostrables.. Además, la mayoría de los estudiosos de hoy reconocen que los cuatro evangelios están escritos como escritos históricos, específicamente en el género de la biografía antigua, no mito , ni leyenda, ni alegoría, ni midrash (como afirma Spong). Spong parece realmente desconcertado por esto. http://agentintellect.blogspot.com/2008/05/re-visions-of-historical-jesus.html https://bedejournal.blogspot.com/2009/12/craig-vs-spong.html

    • No sé de donde saca que Spong esté desconcertado con nada. En todo caso la estadística de consenso académico es tan falsa como una moneda de cien euros. ¿Cómo no va a haber consenso entre teólogos-historiadores si son todos de la misma cuerda? En cuanto pregunta a historiadores no confesionales el consenso desaparece. Pregunte a autores como Antonio Piñero, José Montserrat, Gonzalo Puente Ojea o Fernando Bermejo, por citar españoles, y verá lo que le dicen.

      • Alfonso permalink

        La recensión del debate y el enlace al debate aquí : https://bedejournal.blogspot.com/2009/12/craig-vs-spong.html

      • Alfonso permalink

        Con todo respeto, me es imposible poner a un Gonzalo Puente Ojea (que ni siquiera logró rebatir nada al historiador evangélico César Vidal en el mítico debate de la Pascua de 2001), a un José Montserrat o a un Fernando Bermejo al mismo nivel que un Joachim Jeremías, un Carmignac o un Gerhardson.

  2. Alfonso permalink

    William Lane Craig no es únicamente un teólogo. Segundo, Craig es un filósofo y un historiador del Nuevo Testamento. La historiografía académica del Nuevo Testamento o lo que se quiera llamar es una subcategoría de la teología en el sistema universitario. En cualquier caso, es un académico. Porque la segunda disertación de Craig fue sobre el Jesús histórico, y lo escribió bajo Wolfhart Pannenberg, probablemente el erudito histórico de Jesús más importante de la segunda mitad del siglo XX. Esto ciertamente califica a Craig como un historiador del Nuevo Testamento, y uno de los mejores en eso, especialmente dado que ha publicado extensamente sobre esto en revistas científicas revisadas por pares. Su tesis (por favor, no la compare con la de los políticos de la Rey Juan Carlos) fue publicada en dos partes por Edwin Mellen Press; Craig respalda su afirmación de que las apariciones post mortem son aceptadas casi universalmente entre los estudiosos con múltiples referencias allí, aunque fue escrito hace 30 años. Al menos desde el decenio de 1950, Hans Grass argumentó que debió haber apariciones post mortem y que debieron ser eventos objetivos.

    • Ponerse los calificativos de «historiador» o «filósofo» junto con «teólogo» es una manera de estos últimos de darse lustre y esplendor. Lane Craig es ante todo y sobre todo un teólogo cristiano y un biógrafo de Jesús de Galilea, cosas que van juntas y generalmente son indistinguibles. De la larga lista de libros suyos que cita Wikipedia sólo he encontrado uno o dos que no traten directamente de temas religiosos. Si yo hablo del método de la historia, que es de lo que va el artículo de Habermas que comento, Craig es una figura irrelevante. Si hablo de grandes filósofos del siglo XXI, Craig pasa todavía más desapercibido. Este tipo de «filósofos» no participa habitualmente en congresos de filosofía, no enseña en cátedras de filosofía de universidades laicas y no tiene más contacto con filósofos que aparecer en esos debates mediáticos entre ateos y creyentes que están tan de moda en el mundo anglosajón. Y que conste que lo mismo diría si habláramos de otros filósofos de internet que no tienen mayor relevancia entre los del oficio.

      Sobre la bondad de sus escritos no me meto. No he leído más que un par de artículos que, desde luego, no pasarán a la historia.

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