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La sangre del sudario: Sánchez Hermosilla vs. Garlaschelli. Serpientes de verano.

29 de agosto de 2018

Llámase así en periodismo a la noticia veraniega que se infla como un globo cuando dentro de ella no hay más que aire.

Recojo aquí una noticia aparecida en el blog gemelo a este, que no amigo, Sabanasanta.org. Se trata de un resumen de una intervención del Dr. Alfonso Sánchez Hermosilla, Director del Equipo de Investigación del Centro de Sindonología de Valencia. Como no sé de donde procede ni qué partes de la misma son originales del Sr. Sánchez, utilizaré la convención de suponer que son las mismas expresiones que él utilizó en algún lado.

Añado un tirón de orejas al bloguero responsable, Carlos Sánchez. Cuando se presume de imparcialidad no se coloca como frontispicio dos grandes fotografías de los autores del trabajo de referencia en hábito carnavalesco. Seguramente tienen buen humor y les gusta reírse un poco, pero no es la imagen más adecuada para luego presentar una crítica vitriólica como la de Sánchez Hermosilla. Compárese con el tratamiento de la noticia por Luis Alfonso Gámez en Magonia.

A lo que iba. Sánchez Hermosilla hace una descalificación total y absoluta del trabajo de Garlaschelli, Luigi & Borrini, Matteo: “A BPA Approach to the Shroud of Turin: A Preliminary Examination of the Left Forearm to Reconstruct the Crucifixion Practice”, Proceedings of the American Academy of Forensic Sciences, 66th Annual Scientific Meeting, Seattle, February 17-22, 2014 p. 205-6; http://www.aafs.org/sites/default/files/AAFS2014Proceedings.pdf . (Más información.) Este pequeño estudio no hubiera tenido tanta repercusión si no fuera porque a algún periodista ocioso le ha dado por sacarlo a la luz en plena canícula. Y ahí se levantó la tapa de los truenos.

El estudio de Garlaschelli y Borrini presentaba gráficamente algo que cualquiera que no esté obnubilado por el entusiasmo sindónico puede apreciar fácilmente. Las manchas de sangre que corren de aquí para allá en el lienzo serán de sangre o de lo que se quiera, pero no corren de manera natural. Las de los brazos no corresponden a unos brazos en cruz; la del costado no corresponde a un hombre tumbado, las de las manos no corresponden a manos apretadas contra un madero y —esto lo añado yo— las que corren por encima del pelo son puro despropósito. Estas evidentes contradicciones habían sido detectadas por el Dr. Gilbert Lavoie (médico forense, retengan el dato) y el ilustre sindonólogo Mark Antonacci, a los que me he referido en varias ocasiones en esta bitácora. Los dos habían resuelto estas imposibilidades naturales via milagro, que es la mejor manera de quitarse los problemas de encima cuando uno tiene una fe como Dios manda. Y sólo cito testimonios entre los sindonistas porque entre los incrédulos hay más.

Enseña de peregrinaje, primera mitad del siglo XIV. Museo de las Termas de Cluny, Paris

Para Sánchez Hermosilla, el trabajo de Garlaschelli y Borrini no es que esté equivocado, sino que “no reproduce las condiciones en que se hicieron las heridas de la Sindone de Turín” y “carece totalmente de valor científico”. Respecto a ninguna de las dos cosas Sánchez Hermosilla anda demasiado fino en mi opinión. Sus críticas se basan más bien en supuestos que nadie ha demostrado, conclusiones generales que se autodestruyen y un concepto de la ciencia bastante pedestre —que yo también sé ponerme duro cuando viene al caso—.

Uno de los supuestos que nadie conoce si son ciertos, es la naturaleza de la sangre que corre por las heridas. Ni siquiera si es realmente sangre. El Dr. Sánchez Hermosilla da por sentado que corresponden a sangre semicoagulada que procede de heridas abiertas por la manipulación del cadáver. No tengo experiencia forense, pero puedo asegurar que las fotos que he visto de sangre cadavérica, que en su día presentó el Dr. Zugibe, no tienen nada que ver con las del sudario de Turín. Es lo mismo que opinaba el Dr. Baden (forense norteamericano) que afirmaba no haber visto regueros de sangre como esos en su vida. Así que, hasta que el Dr. Sánchez Hermosilla u otro me presente evidencia contraria, su suposición de la sangre coagulada post morten es una suposición con evidencia en contra.

En segundo lugar, el Dr. Sánchez Hermosilla, pone criterios de validez generales inconcretos y acaba disparándose a su propio pie. Descalifica a los autores del trabajo porque no son forenses y porque han trabajado con cuerpos humanos y maniquíes y no con cadáveres peludos. La primera condición equivale a descalificar a toda la literatura sindonista prácticamente. No hay ni un estudio de expertos en arqueometría, sistemas de detección de sangre antigua, expertos en textiles antiguos del Medio Oriente, pólenes, etc. que haya tenido en sus manos el lienzo de Turín y haya aplicado los tests adecuados. Bueno, sí. Los expertos de los laboratorios de Arizona, Zurich y Oxford. Pero no resultaron ser del gusto de los sindonistas. Más todavía: si los estudios comparativos que se han hecho sobre maniquíes y humanos vivientes no valen, haría bien en retirar de su institución los de los Dres. Guillermo Heras Moreno, José-Delfín Villalaín Blanco, Jorge-Manuel Rodríguez Almenar que se dedicaron a jugar con un voluntario poco peludo, manipuándolo de manera inverosímil para que resultara, según ellos, algo parecido a las manchas del pañolón de Oviedo. (No quiero ni que pensar que el otro firmante J.A. Sánchez, fuera el doctor Sánchez Hermosilla. No lo pienso).

Pero, finalmente, es que todas las condiciones que exige el Dr. Sánchez Hermosilla para considerar más que irrelevante, definitivamente perverso el trabajo, son, ellas sí, irrelevantes. La experimentación científica se realiza abstrayendo de la compleja realidad una serie de variables simples con el propósito de analizar su relevancia. En el caso del mini-experimento de Garlaschelli y Borrini, nos encontramos con unos regueros de un líquido que corren de manera fluida y continua en direcciones precisamente marcadas. Especialmente curioso es el de la frente en forma de tirabuzón o los que corren en la nuca de derecha a izquierda. Unas verdaderas anomalías. Pero como los autores no se refieren a estos y yo ya lo hice en otra parte, los dejo para mejor ocasión.

Lo que quiero decir, es que las variables que pueden influir en el recorrido de estos regueros son la fluidez y la ley de gravedad. La fluidez puede medirse por la continuidad y el largo recorrido de algunos y la ley de gravedad determinará su dirección. Ambas cosas pueden hacer que, si se cambia de posición el cuerpo, la dirección de la sangre cambie en grados correspondientes. Nada de esto se observa a simple vista ni menos en lo que muestra la experiencia de los dos científicos italianos. En la dirección que marcan los regueros, los brazos estarían levantados y el cuerpo de pie. Ninguna piel cubierta de pelo podría hacer que los recorridos de un fluido cambien de dirección una única vez y en 90º ni ningún trasiego podría dar esa dirección única, fuera de esta posición del cuerpo. Una posición que, ni que decir tiene, es incompatible con las técnicas de lavado de los cadáveres de la época —se hacían en posición supina, como cualquiera puede intuir— y arrastra con ella todas las hipótesis de una exudación de sangre post mortem.

A menos que el Dr. Sánchez Hermosilla se deje de palabras altisonantes y demuestre lo contrario, claro está. Es fácil, cójase un cadáver peludo, hágasele sangrar y muévase de aquí para allá hasta que resulten las figuras de los regueros. He dado una buena idea, pues. De nada. Realmente de nada.

 

Artículo citado: G. MERAS (sic) MORENO; J.D. VILLALAIN BLANCO; J. A. SÁNCHEZ; J.M. RODRÍGUEZ ALMENAR : “El Santo Sudario de Oviedo”, sin referencias editoriales: http://www.uam.es/otros/sepal/actas/actas_files/trabajos/02_Valencia/53%20Art.48.pdf

Otras entradas de este blog en las que he tratado el tema.

https://sombraenelsudario.wordpress.com/2012/12/29/sangre-o-pigmento-ii-reguerillos/

https://sombraenelsudario.wordpress.com/2013/02/06/el-muerto-estaba-en-pie/

https://sombraenelsudario.wordpress.com/2018/02/01/a-vueltas-con-la-sangre-del-sudario-de-turin-marc-antonacci/

https://sombraenelsudario.wordpress.com/2014/04/10/luigi-garlaschelli-y-los-reguerillos-de-sangre-ni-barbet-ni-zugibe/

From → 3.4. Otros

8 comentarios
  1. (Repondo por alusiones 😉

    Amigo David,

    No sé por qué dices en tu artículo que deberías darme un tirón de orejas. Yo también tengo sentido del humor y me gusta reírme un poco… El humor -ya sabes- es algo muy serio.

    Pero, si nos ponemos serios, diré que las fotos de Borrini y Garlaschelli que adjunté en la entrada de mi web (http://sabanasanta.org/2018/07/25/sindone-pintura) responden a la idiosincrasia del tipo de estudios que llevan a cabo estos ‘investigadores’. En la valoración de un estudio, es importante ubicar a los estudiosos en cuestión, así como sus intereses. Y, en este caso, lo que cuesta es encontrar fotos serias de ellos. Si hubiese obrado con esa parcialidad que tú destacas, habría usado ésta para Garlaschelli (http://www.massimopolidoro.com/foto-misteri/garlaschellimagnetico.jpg) y ésta para Borrini (https://www.ljmu.ac.uk/~/media/ljmu/news/news-banner-780×400/matteo2780x400.jpg?h=400&w=780&la=en). Invito a cualquiera a poner sus nombres en Google para ver cómo son ellos mismos los que se han dotado de ese aire de desmitificadores del cual me hago únicamente eco.

    Por último, me llama la atención lo fácilmente que despachas las apreciaciones de un médico forense experimentado como Sánchez Hermosilla y cómo no te haces eco del estudio -publicado en una revista científica- de Di Lazzaro y su equipo (http://sabanasanta.org/2018/08/14/sangre-sindone) cuyos análisis de espectros de la Síndone realizados en 1998 y 2015 por el INRIM (Istituto Nazionale di Ricerca Metrologica) confirman la naturaleza hemática (sangre) de las manchas.

    Saludos cordiales, amigo (que sí: amigo),

    Carlos

    • Buenos días, Carlos: Lo que dice Bartra en su artículo sobre la posición de los brazos y la herida del costado no tiene sentido. Estuvieran en una posición inclinada o en otra, la sangre no gotearía por en medio del antebrazo. (Por cierto, Barbet, que dice muchas cosas raras, experimentó con cadáveres en la misma posición de la iconografía tradicional: abiertos en cruz). No sé de qué simetría habla Bartra que tenga que ver con Garlaschelli. Y la sangre del costado corresponde a un hombre en pie y no a un cadáver que, tumbado en una losa y después lavado, supura sangre todavía. Que es la teoría sindonista principal.
      Los estudios de di Lazzaro siempre me dejan perplejo. Invierte una cantidad de tiempo y dinero impresionantes para no demostrar nada. Esto me lo reconoció hace tiempo en un breve intercambio de golpes, quiero decir comentarios. Si quería hablar del efecto de la luz del sol sobre la bilirrubina ¿por qué no se limito a exponer sangre mezclada con bilirrubina al sol en lugar de marear con aparatos raros? Entre otras cosas, porque la bilirrubina expuesta al sol desaparece y difícilmente deja color de nada, según puedes comprobar en páginas médicas. En otro orden de cosas ¿por qué una hora? Un crucificado no se expone sólo una hora al sol y en la tumba –recuerda que era la hipótesis principal del sindonismo– no hay luz solar. En fin, un poco desconcertante todo. E inconcluyente.
      De Hermosilla no me interesan sus conocimientos de medicina, sean muchos o pocos, sino que alguien responda a las objeciones que he hecho en mi entrada, que no son sobre temas médicos, sino de sentido común.
      Saludos afectuosos.
      David.

  2. Como no puedo adjuntar imágenes en estos comentarios, puedes ver el gráfico que explica cómo un cuerpo en movimiento suspendido de una cruz explica los regueros de sangre presentes en la Síndone: http://sabanasanta.org/wp-content/uploads/2018/06/1000754e-75ac-4f36-b451-01185be4ed73-768×568.png

    • Gracias por el aviso. Miraré la información a que te refieres.

      En cuanto a la posición en la cruz: la gimnasia que supone es inverosímil. Hubiera provocado un destrozo en la herida y una hemorragia bestial, en el caso de que fuera soportable durante horas por un hombre agonizante. No lo digo yo. También el Dr. Zugibe y cualquiera puede entenderlo, menos el Dr. Barbet y sus admiradores. La posición de los brazos alzados es más simple. Pero supongo que no gusta porque es defendida por no sé qué secta herética. En teologías no entro. Pero esto no elimina las dificultades que mencionan los dos italianos y otras que yo he planteado en este blog. En especial, que la transferencia de la sangre se hiciera en la misma cruz, cosa un poco dificultosa de ejecutar y de creer.
      Por otro lado, por mucho que miro, no veo el trazado corto del reguero en la mano izquierda que dibuja tu fuente. Hay dos regueros similares en los dos brazos por todo el antebrazo. No sé a donde estaba mirando el que dibujó el esquema hipotético.

      Un saludo.

  3. Gracias por la puntualización, David. ¿Conoces el texto del Dr. Villalaín «Patografía de Jesús de Nazaret»? Es muy bueno: http://www.linteum.com/tienda/128-patografia-de-jesus-de-nazaret.html. Por mi parte, agradezco tu sentido crítico y revisaré las referencias en mi web a trabajos de Barbet (que comentió errores importantes) a partir de las aportaciones de Zugibe, si bien ambos hicieron experimentos significativos. Saludos.

  4. Carlos Otal permalink

    El tratar temas médicos, sin serlo, es la manera más rápida y segura de «meter la pata» sin el menor esfuerzo, cosa que, desde luego, resulta bastante «meritoria».

    Eso les sucede a Garlaschelli y Borrini en su pésimo trabajo al que te refieres y como consecuencia a tí que te lo crees.

    1/ Me sorprende que los autores, tú mismo y toda una pléyade de escépticos, no conozcáis lo que Michael Baden expresó en de «Medical World News» , al menos nunca hacéis referenci a ello:

    «… si el Sudario es genuino, el cuerpo debe haber sido lavado»,

    «…si el cuerpo fue lavado podría haber alguna exudación de las heridas «.

    («…..if the Shroud is genuine, the body must have been washed», «..if the body was washed there might be some oozing from the wounds».)
    Rhein, R.W. Jr., «The Shroud of Turin: Medical Examiners Disagree», Medical World News, 21:40-50, Dec. 22, 1980.

    2/ Me sorprende que desconozcáis el ritual judió, que exige, aún siendo sábado, el lavado en el cadáver de toda la sangre «pura», la pre-mortal, y la permanencia de toda la sangre «impura», la post-mortal con excepción de una ínfima cantidad ( «the quarter log») imagino que para casos de duda.

    [lo que lleva ya directamente el trabajo de Garlaschelli y Borrini a la «papelera» ya que esos «posibles» regueros de sangre a los que aluden, siendo pre-mortales habrían sido lavados]

    3/ No me sorprende sin embargo el notorio desconocimiento del que hacen gala Garlaschelli&Borrini y sus «seguidores» respecto a las coagulopatías de consumo (CID) y de manera especial a la coagulopatía por trauma.

    4/ Creo que debes leer mi último post publicado hace unas horas

    «De cómo abrió nuevos «caminos» sin quererlo ni saberlo el escéptico forense Dr.Michael Baden …..»

    te aclarará el tema y si no lo hace ya sabes que con mucho gusto lo debatiré contigo.

    Un cordial saludo

    Carlos Otal, maest

  5. Gracias por la invitación, Carlos. Me daré un salto en cuánto pueda. Pero una nota previa:

    No sabemos prácticamente nada de cómo eran los rituales funerarios judíos del siglo I. Como sabrás, el único sudario completo (más o menos) que se ha encontrado difiere mucho del de Turín.
    Lo que Garlaschelli y Borrini demuestran es que los regueros de sangre que se representan en el sudario de Turín no pueden proceder de un cuerpo reposando sobre una losa. Que es lo que podría desprenderse de casi todas las reconstrucciones sindonistas, incluyendo la del Dr. Zugibe. Las dificultades de que procedan de un cuerpo en pie son de otro orden que he explicado en alguna parte de este blog.
    El Dr. Lavoie, que es un sindonista consciente, reconoce que no hay una explicación para la imagen y recurre al milagro. Me parece la única escapatoria para el sindonismo. Como yo no lo soy –sindonista, quiero decir–, prefiero otras explicaciones más naturales.

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